La rodilla es una de las articulaciones más importantes del cuerpo, ya que te permite moverte, correr y practicar tus deportes favoritos. El menisco es una estructura crítica de la rodilla cuya función es actuar como amortiguador y distribuir adecuadamente el peso del cuerpo por toda la articulación. Cuando el menisco de la rodilla se lesiona, puede provocar molestias y limitar el movimiento de la articulación de la rodilla.
El menisco de la rodilla es una estructura en forma de cuña que descansa entre el fémur (hueso del muslo) y la tibia (hueso de la espinilla) hacia la parte delantera de la articulación. El menisco desempeña un papel importante en el mantenimiento de la estabilidad de la articulación de la rodilla, al tiempo que dispersa la carga y evita el desgaste de la articulación.
Causas de las lesiones del menisco de la rodilla
El menisco de la rodilla es propenso a lesionarse debido a la cantidad de fuerza que absorbe y al ángulo y rango de movimientos que realiza. La causa más frecuente de una lesión meniscal es un movimiento brusco de torsión que suele implicar tener una de las rodillas flexionada mientras la otra está estirada, o viceversa. Esto suele ocurrir durante la práctica de deportes y ejerce una mayor presión sobre el menisco, provocando su lesión.
Otras causas de lesiones meniscales pueden ser:
- Flexión de la rodilla al levantar cargas pesadas
- Caída y aterrizaje sobre la rodilla
- Impacto directo probable de un deporte de contacto
Síntomas de las lesiones meniscales de la rodilla
Los síntomas exactos de una lesión meniscal pueden diferir de una persona a otra, aunque las personas que sufren el trastorno pueden notar uno o más de los siguientes síntomas:
- Un sonido de estallido o chasquido en el momento de la lesión
- Hinchazón de la rodilla y/o la pierna inmediatamente después de la lesión
- Rigidez de la rodilla
- Dolor a lo largo de la parte interna o externa de la rodilla al flexionarla, como al levantarse de una posición sentada
- Dificultad para enderezar la rodilla completamente
- Sensación de que la rodilla está «bloqueada» o «atascada» en una determinada posición
Tratamientos para las lesiones del menisco de la rodilla
El tratamiento de una lesión del menisco de la rodilla suele consistir en medidas para reducir la hinchazón y el dolor. Esto puede implicar la aplicación del método R.I.C.E., que consiste en reposo, hielo, compresión y elevación. El ejercicio aeróbico debe realizarse bajo la supervisión de un fisioterapeuta, ya que su objetivo es fortalecer y rehabilitar los músculos de la rodilla y el muslo para aportar estabilidad a la articulación de la rodilla.
Cirugía artroscópica
La cirugía artroscópica puede estar indicada si la lesión es grave y no se resuelve en el periodo esperado. Se trata de un tipo de cirugía mínimamente invasiva en la que el cirujano utiliza un artroscopio, una cámara con luz, y otros dispositivos quirúrgicos para reparar la lesión.
Fármacos antiinflamatorios no esteroideos (AINE)
Se trata de medicamentos típicos administrados para reducir la inflamación, como el ibuprofeno y el naproxeno. Estos medicamentos no sólo reducen la inflamación y alivian el dolor, sino que también pueden utilizarse para prevenir la progresión de la lesión y reducir en cierta medida la probabilidad de una lesión posterior.
Prevención de las lesiones meniscales de la rodilla
Si bien generalmente no es posible prevenir completamente que ocurran lesiones, hay ciertas medidas que pueden tomarse para ayudar a reducir el riesgo de lesiones meniscales de la rodilla. Éstas pueden incluir:
- Completar ejercicios de fortalecimiento para ayudar a que las articulaciones de las rodillas sigan siendo fuertes y estables
- Calentar antes de participar en deportes o actividad física intensa
- Utilizar el equipo de protección adecuado, como rodilleras o protectores
- Tener cuidado con los movimientos y las posturas que podrían aumentar el riesgo de lesiones meniscales de la rodilla
Conclusión
El menisco de la rodilla es una estructura importante de la rodilla que puede lesionarse fácilmente debido a las fuerzas con las que entra en contacto a diario. Las causas de una lesión meniscal de rodilla suelen ser un giro incómodo de la rodilla durante la práctica de deportes o un resbalón accidental. Los síntomas de una lesión meniscal pueden incluir dolor e inflamación de la rodilla, problemas para enderezar completamente la rodilla y un sonido de estallido en el momento de la lesión. El tratamiento de la lesión puede consistir en cirugía artroscópica, fármacos antiinflamatorios no esteroideos y fisioterapia. Tomar medidas preventivas al practicar deportes u otras actividades puede ayudar a reducir el riesgo de sufrir una lesión de menisco de rodilla.