Todo lo que debes saber sobre el VIH: causas síntomas y tratamiento

El VIH, o Virus de Inmunodeficiencia Humana, es un virus que ataca al sistema inmunitario y que, en última instancia, conduce al sida o Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida. Este virus se propaga a través del contacto con fluidos corporales infectados y puede transmitirse por vía sexual, compartiendo agujas o de madre a hijo durante el parto.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2019 más de 38 millones de personas en todo el mundo vivían con el VIH. Debido a esta elevada prevalencia, es importante comprender cómo se transmite el VIH, los síntomas y las opciones de tratamiento precoz, y cómo protegerse de la exposición al virus.

Causas del VIH

El VIH es un retrovirus (un tipo de virus ARN), y se puede contraer a través del contacto con fluidos corporales infectados. Las formas más comunes de contraer el VIH son la actividad sexual, el consumo de drogas por vía intravenosa y la transmisión de madre a hijo durante el parto o la lactancia.

El VIH no se transmite por contacto casual, por lo que no puedes contraerlo dándole la mano a alguien, compartiendo una bebida o abrazando a una persona que viva con el virus. Tampoco puedes contraer el VIH en un asiento de inodoro, picaduras de mosquitos o tos y estornudos.

Síntomas del VIH

Muchas personas que viven con el VIH no tienen síntomas durante años y puede que ni siquiera sepan que están infectadas. Por eso es importante hacerse la prueba del VIH si crees que puedes estar en riesgo.

Cuando se manifiestan los síntomas, pueden variar en función de la fase de la infección. Los síntomas iniciales suelen parecerse a los de la gripe, e incluyen fiebre, escalofríos, dolor de garganta, dolores musculares y sarpullido. Estos síntomas suelen aparecer entre dos y cuatro semanas después de la exposición y duran de una a dos semanas.

A medida que avanza la enfermedad, los síntomas pueden volverse más graves. Pueden incluir:

– Inflamación de los ganglios linfáticos
– Diarrea crónica
– Pérdida de peso inexplicada
– Sudores nocturnos
– Fatiga
– Síntomas neurológicos como confusión, pérdida de memoria y dificultad para hablar o andar
– Infecciones graves y frecuentes de la vagina, las vías respiratorias y la boca

Diagnóstico y tratamiento del VIH

Un profesional sanitario puede administrar una prueba de sangre o saliva para diagnosticar el VIH. Si el resultado de la prueba es positivo, es probable que el profesional sanitario ordene más pruebas para determinar la fase y la progresión de la enfermedad.

Actualmente no existe cura para el VIH, pero hay tratamientos eficaces que ayudan a las personas que viven con la enfermedad a mantenerse sanas y vivir más tiempo. Estos tratamientos incluyen la terapia antirretroviral (TAR), que funciona disminuyendo la cantidad de virus en el organismo y ralentizando la progresión de la enfermedad.

Las personas que viven con el VIH también deben recibir atención médica regular y tomar medidas para mantenerse sanas, como seguir una dieta nutritiva, hacer ejercicio con regularidad, no fumar y mantener una buena higiene.

Prevención del VIH

Hay muchas medidas que las personas pueden tomar para protegerse de la infección por VIH. Una de las más importantes es practicar sexo seguro, lo que significa utilizar preservativos durante toda la actividad sexual y ser sincero con tu pareja sobre cualquier factor de riesgo. También es importante someterse periódicamente a pruebas del VIH y a pruebas de otras infecciones de transmisión sexual.

Las personas que se inyectan drogas deben tomar medidas para reducir su riesgo de contraer el virus, como utilizar siempre una aguja estéril, no compartir agujas ni equipos de drogas con otras personas y someterse regularmente a pruebas.

Las mujeres embarazadas que viven con el VIH pueden tomar medicación para reducir el riesgo de transmitir el virus a su hijo durante el parto. Estas mujeres también deben asegurarse de que su hijo recibe medicación antirretroviral después del parto para reducir aún más el riesgo de transmisión.

En última instancia, la mejor manera de prevenir el VIH es conocer los riesgos y tomar medidas para protegerte. Practicando sexo seguro, no compartir agujas y haciéndote pruebas con regularidad, puedes reducir significativamente el riesgo de contraer este virus potencialmente mortal.

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